lunes, 19 de agosto de 2013

El realismo sucio de José Ardanaz (Juan Rapacioli, Agencia Télam)




19 AGO 17:00 HS
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por Juan Rapacioli
 

Relatos

El realismo sucio de José Ardanaz

En Gente terminada, el escritor José Ardanaz configura una serie de relatos contundentes, marcados por una tensión nerviosa entre lo trágico y lo absurdo de la vida cotidiana, donde los personajes deambulan presos de sus propias cavilaciones por una Buenos Aires sin salida.


"Toda mi obra tiene que ver con Buenos Aires -dice Ardanaz en diálogo con Télam-. Aunque escriba de Banfield o Córdoba, es siempre Buenos Aires; puedo estar en el sur, camuflado de pescador de truchas, y soy un porteño. Me siento así".

José Ardanaz (Buenos Aires, 1956) es escritor y periodista. Publicó las novelas El cerebro dormido (1993) y Cuando llegue el frío (2008) y los libros de relatos Nadie se pierde en Buenos Aires (2001) y Banfileños (2004).

El libro, publicado por Simurg, se inscribe en la tradición del realismo sucio estadounidense cultivado por escritores como John Fante, Charles Bukowski o Raymond Carver, ya que, como explica el autor, "me identifico con el drama, con las historias trágicas de clase media baja que nos pasan a todos nosotros".

Sin embargo, sostiene, "es curioso que miremos tanto a los estadounidenses, porque nosotros tenemos una gran tradición en ese tipo de realismo. Algunos cuentos de Borges y Bioy son bien urbanos, también los de Abelardo Castillo, Fogwill, Cortázar, y muchos otros".

"Me considero un aprendiz -afirma Ardanaz-, sobre todo del cuento, ahora quiero girar un poco hacia el terreno del horror, pero cuesta mucho, hay mucho que aprender. Estoy leyendo mucho, estudiando el cuento ruso; esto lo han dicho muchos, pero Chejov es el gran maestro, sus historias podrían ser actuales y fueron escritas alrededor de 1860".

- El relato que le da nombre al libro es la historia del ascenso y la caída de un hombre, pero también una mirada profunda sobre la profesión del periodismo...
- En ese cuento quise contar la historia de un perdedor, porque todos somos perdedores en algún punto, somos de carne y hueso, mortales. El tipo es un periodista que sufre cuando le va mal pero también cuando hace una buena nota. Es puro esfuerzo sin tiempo, dar siempre un nuevo examen. Quise contar la historia de alguien que se acostumbra a un tipo de vida y cuando pierde todo se da cuenta que está solo en la plaza escuchando el partido de River.

(Gabriel) García Márquez y (Rogelio) Pajarito García Lupo dijeron que el periodismo es la mejor profesión de la vida, y yo coincido con ellos. Pero el periodismo también es cuando te sacan una jefatura, una nota, cuando te maltratan, cuando te equivocás; el periodismo es llegar a una instancia de poder y que tu propia mujer te diga que no servís para nada; es la vida misma.

- Buenos Aires tiene una impronta muy fuerte en la mayoría de los relatos.
- Es la zona de la angustia, eso que decía Arlt; esta ciudad tiene una especie de surrealismo, entre trágico y disparatado, gente que actúa como en las películas del neorrealismo italiano.

La escritura, según Ardanaz, se trata, en el fondo, "de contar una historia que sea buena, que quede frente al olvido; somos contadores de historias, eso es todo, los géneros en un punto son una cosa técnica".

"Creo en el trabajo, en la disciplina; para ser un buen escritor tenés que dejar otras cosas de lado. Puede que alguien venga con un don, pero creo más en la constancia, en la pasión. Escribir es un trabajo de todos los días", afirma el autor.

Y apunta: "creo en esa frase de (Edgar Allan) Poe que decía que ninguna virtud literaria es más grande que la originalidad; la idea es buscar la propia cara, no es fácil ser fiel a sí mismo, a veces uno se desvaloriza, pero hay confiar más en lo que uno ha emprendido, aunque fracase. El tema es vivir como uno se lo plantea, lo demás no importa".


http://www.telam.com.ar/notas/201308/28258-el-realismo-sucio-de-jose-ardanaz.html